Los habituados a la escritura sabemos lo que impone la pagína en blanco. Más aún cuando el texto en cuestión pretende analizar las claves de una de tus obras favoritas. A las típicas cuestiones de forma y fondo a la hora de abordar los distintos temas se suma una duda: la de saber si serás capaz de hacer justicia solo con tus palabras a esa obra que tanto te ha aportado.
Voy a asumir que como mínimo os suena Berserk: La historia de Guts, un guerrero maldito, y su viaje en busca de venganza y al encuentro de su destino. Muchos puede que lo hayáis leído ya. Otros seguro que habéis oído hablar de este manga, aunque por el motivo que sea nunca habéis encontrado ganas/tiempo para sentaros a leerlo. Así pues, mi trabajo será hablar de qué cualidades hacen de Berserk una obra intemporal. De ese modo habrá merecido mi tiempo si consigo que al menos uno de los cuatro gatos que van a leer esta entrada, salga disparado a comprobar si exagero o halago verazmente.
Argumento (Sin spoilers):
Berserk está ambientado en una realidad alternativa a la nuestra, en un periodo histórico paralelo al renacimiento: un mundo de reyes y caballeros, de inquisidores y adivinos, de pujantes naciones e imperios guerreando entre sí en pos de gloria y territorio. Pero es también un mundo estigmatizado por macabras leyendas antiguas: uno que olvidó su terrible pasado, y es acechado por una oscuridad sabedora de que su tiempo está próximo.
El manga en sí tiene una estructura temporal líneal. Salvo el arco de ‘La Edad de Oro’ —Tomos del 3 al 14, los mismos que adaptan las películas nuevas— que narra el pasado de los protagonistas cuando formaban parte de una prestigiosa banda de mercenarios. Dicho arco culmina con un evento clave dentro de la cronología de la saga.
El resto del manga (Tomos 1-3, 14-38) narra el viaje de Guts y su compaña a través de ese mundo de tinieblas crecientes. Casi podríamos hablar de huída más que de viaje… huída que el destino termina por convertir en un propósito: el de una voluntad humana que se opone a los designios de dioses y demonios, para reivindicar el pasado que le arrebataron.
Hasta aquí tenemos una historia bastante típica dentro del género fantástico, pero lo que hace que Berserk brille con luz propia es la calidad e intensidad con la que es capaz de dar vida a su universo. Las leyendas que vamos conociendo no son meros pretextos argumentales, están imbuidas de un misticismo fascinante. Los personajes son mucho más que herramientas para desarrollar situaciones, son seres creíbles con su propio desarrollo y motivaciones. La acción y el gore no son recursos gratuitos, si no catalizadores perfectos para alcanzar la apoteosis. Berserk es quizá el manga más épico jamás concebido: consigue crear una sensación de escala y magnitud sencillamente impresionante a lo largo de sus multiples sagas, sin ser en absoluto pretencioso o renunciar un ritmo ágil.
Técnica y Arte:
Kentaro Miura comenzó este manga a finales de los 80. Este estilo de dibujo clásico —aunque ha ido evolucionando levemente con el tiempo— sigue presente durante todo el manga. En él se pueden apreciar influencias directas de obras coetáneas como Hokuto no Ken —sobre todo en diseño de personajes, proporciones corporales y composiciones de viñeta—. Esto no es algo malo de por sí, pero a los lectores más jovenes quizá les cueste un poco acostumbrarse. En cualquier caso la técnica del autor es tan depurada que no tarda en ganarte para su causa.
En su apartado artístico es quizá una de las obras cumbre del dibujo manga tradicional. El detallismo a lo largo de todos los tomos es una locura. La expresividad de los personajes, la acción nunca confusa y siempre trepidante, los fondos que son una auténtica sobredosis visual. Especial mención para los escenarios de ciudades, batallas o las viñetas a doble página: fruto de una imaginación desbordante, y dibujadas a mano con un perfeccionismo digno de los mejores pintores. (Aún espero el día que alguien se anime a pasar alguno de estos dioramas al oleo)
También especial mención para el nivel de crudeza y violencia con el que desarrolla los combates. Estamos ante un manga que no se corta un pelo con el gore y el contenido sexual: imágenes perturbadoras de demonios descuartizando personas están a la orden del día; y las situaciones más bestias que vuestra imaginación pueda concebir, seguro que encuentran su lugar en el manga en algún momento determinado. Eso es una advertencia: si sois impresionables con estos temas os recomiendo que NO leais Berserk. No os va a compensar.
Tanto cuando el autor se vale de la violencia como cuando no, lo que nadie puede negar es su extraordinaria capacidad para crear imágenes poderosas que perduran en nuestra imaginación. Miura sabe exprimir su técnica de dibujo para componer esos símbolos clave, y lograr que entronquen con la épica, los mitos y los hechos del universo que antes hemos descrito, potenciándolo y enriqueciéndolo en su conjunto.
A nivel estético se nota una influencia clara de la fantasía oscura que ya había sido explorada por los comics occidentales. El hecho de que esté ambientado en un renacentismo europeo alternativo sin duda contribuye a ello. Otro ejemplo clarificador del enorme trabajo de documentación del autor, es que gran parte de los diseños de castillos y fortalezas más emblemáticas del manga están basados en edificaciones auténticas del mundo real.
Curiosidades:
La conocida —y laureada— saga de videojuegos «Dark Souls» se influencia casi en su totalidad por este manga. A nivel estético los paralelismos son constantes. Pero incluso si vamos un poco más allá y analizamos el lore, no cuesta encontrar similitudes. La historia de Dark Souls siempre tiene lugar en un mundo en ruinas, entre cuyos vestigios podemos ver reflejada la prosperidad y el orden que otrora imperaron en él. Hasta que algo sucedió. Un evento nefasto que desencadenó una maldición, y condenó a la humanidad al caos, la decadencia y la posterior extinción. Un protagonista maldito, que lucha contra su destino para cumplir su destino. ¿Os suena de algo? Pues eso…
Conclusión:
Berserk es un manga irrepetible por muchos motivos. Es sin duda una obra de culto, pero no por ello deja de gozar de amplia popularidad. Apunta a una demografía adulta y consigue alcanzar unas cotas de equilibrio y perfección artística y narrativa en aquello que se propone. Hablamos de un manga que derrocha calidad y esfuerzo creativo por sus cuatro costados, un vívido recorrido a través del elocuente imaginario del autor: de su historia de enormes dimensiones épicas, y de los momentos inolvidables que la conforman, capaces de maravillarnos y también de horrorizarnos. Su mayor pega es que está incompleta: crucemos los dedos para que el autor disponga de tiempo e inspiración para terminar esta obra maestra como se merece.
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